Pocho

Pocho

Danny es alto y delgado. A pesar de no ser fuerte, sus brazos son lo suficientemente largos como para lanzar un balón de fútbol americano con tanta fuerza, que cualquier cazatalentos lo contrataría sin pensarlo dos veces. Pero Danny ni siquiera es parte de un equipo. Cada vez que se entra en el campo, es como si perdiera sus poderes.

Pero eso no tiene importancia. No es como si en la escuela privada a la que va esperen mucho de el. Danny es morenito. Y crecer en San Diego, una ciudad tan cercana a la frontera, significa que todo el mundo sabe exactamente quien es, incluso antes de pronunciar una palabra. Antes de saber que Danny no habla español y que su mamá es rubia y de ojos azules, ya todos han formado una impresión de el. Incluso el mismo. De hecho, Danny está convencido de que las discrepancias entre su piel y su cultura han sido la causa de que su padre haya regresado a México.

Por eso pasará el verano con la familia de su papá. Pero para encontrarse a sí mismo, primero tendrá que enfrentarse a los demonios que tanto ha evadido, y tendrá que aceptar abrirse a una amistad jamás imagino que formaría.