Fluidez: Actividades para su niño(a) de primer grado

Mother and young girl reading

¡La fluidez es el puente entre la decodificación de las palabras y la comprensión de lo leído! Aprenda cómo ayudar a su niño(a) de primer grado practicar y mejorar su fluidez en la casa. Este artículo es parte de nuestra guía sobre la lectura, Aprender a leer: Guía para las familias, y también está disponible en inglés en Reading Rockets.

Agradecimientos

Este proyecto se desarrolló en colaboración con Reading Rockets y la Asociación Nacional de Educación.

Introducción

La fluidez lectora es la capacidad de un niño para leer un libro u otro texto con precisión, a una velocidad razonable y con la expresión adecuada. Un lector fluido no tiene que detenerse a "decodificar" cada palabra y puede centrar su atención en lo que significa el cuento o el texto. ¡La fluidez es el puente entre la decodificación de las palabras y la comprensión de lo leído!

Al final de primer grado, los niños deberían leer libros de su nivel con facilidad y expresión.

El maestro de su niño(a) les dará "pasajes de lectura cronometrados" en los que los niños leen un cuento y se les cronometra durante un minuto para registrar cuántas palabras pueden leer en ese tiempo. En diciembre, la mayoría de los niños de primer grado pueden leer 50 palabras correctas por minuto. Y al final del curso, los niños deberían leer 70 palabras por minuto.


Actividades familiares

Elija los libros adecuados

Ayude a su niño(a) a elegir libros en los que pueda leer cómodamente alrededor del 90 por ciento de las palabras de algunas páginas de muestra. Si su niño(a) quiere elegir libros más difíciles, también está bien, pero es posible que tenga que ayudarlo(a) a pronunciar palabras multisilábicas o irregulares.

Escuchar todos los días

Una vez que haya encontrado una colección de libros que su niño(a) pueda leer, escúchelo leer todos los días. ¡Tenga paciencia; los lectores nuevos suelen leer despacio! Ofrézcale ayuda cuando se atasque y alábelo(a) y anímelo(a) siempre.

Léale todos los días a su niño(a)

Dé ejemplo de lectura fluida leyendo y releyendo libros con su niño(a). Aunque su niño(a) sea capaz de leer por sí solo(a), siga encontrando tiempo cada día para leerle libros que estén un poco por encima de su nivel de lectura. Disfrutará escuchando cuentos más avanzados y oirá un buen ejemplo de lectura fluida: cómo cambia usted de expresión a lo largo de un cuento y lee con facilidad. Su niño(a) oirá cómo levanta la voz al final de una frase interrogativa o cómo cambia la voz para los distintos personajes.

Relea sus libros favoritos

¡La fluidez requiere mucha práctica! Tenga una colección de libros que su niño(a) pueda leer rápida y fácilmente. Anime a su niño(a) a releer sus libros favoritos una y otra vez. Con cada lectura, notará que su niño(a) lee un poco más fácil, un poco más rápido y con un poco más de confianza y expresión.

Lectura en parejas

Lean en voz alta por turnos. Usted va primero, ya que su lectura le sirve de modelo de cómo suena una buena lectura fluida. A continuación, pídale a su niño(a) que vuelva a leer la misma página que usted acaba de leer. Verá que la lectura de su niño(a) empieza a parecerse cada vez más a la suya. Repita esta operación durante varias páginas. Cuando su niño(a) se sienta lo bastante cómodo(a) y familiarizado(a) con el libro, léalo por turnos página por página.

¡Practica, practica y practica!

La repetición es la clave de la fluidez. Anime a su niño(a) a releer un libro favorito (corto) hasta que pueda leerlo con fluidez y facilidad. Así aumentará su confianza y su fluidez. También puede pedirle que lea el libro a sus hermanos pequeños o a otros familiares y amigos.

Juego del eco

Elija un libro que se ajuste al nivel de lectura de su niño(a) y lea una frase en voz alta con el uso de la expresión y las pausas adecuadas. A continuación, pídale a su niño(a) que lo imite con la lectura de la misma frase y con la misma expresión y las mismas pausas. Repita el juego cada pocos párrafos a medida que vaya leyendo el libro.

Juegos y actividades creativas

Poesía en familia

Empiece con poesías divertidas y rimadas sobre temas que le resulten familiares a su niño(a), como los animales, la comida y la hora de dormir. Las rimas infantiles y las colecciones de Mamá Ganso son los primeros favoritos. Lea la poesía en voz alta y despacio. Destaque el sonido de las palabras y las rimas. Lea en voz alta para acentuar las pausas y las frases del poema. Diviértase con el lenguaje colorido y los juegos de palabras. ¡Relea el poema varias veces. Cuando el poema le resulte familiar, léalo por turnos! Primero lea usted un verso o una estrofa y pídale a su niño(a) que lea el siguiente. Comprueba si puede hacerlo manteniendo el ritmo del poema.

Teatro de lectura

No necesita guión, ni vestuario, ni materiales. Solo tiene que elegir uno de los libros ilustrados favoritos con el que su niño(a) esté familiarizado y que tenga muchos diálogos. Túrnense para leer los pasajes en voz alta con voces y gestos dramáticos adecuados a la historia. Esta actividad puede resultar bastante ridícula desde el principio, pero es una forma estupenda de practicar la expresión al leer en voz alta.

Grábelo

Otra forma divertida de practicar la lectura y adquirir fluidez es hacer que su niño(a) cree sus propios audiolibros. Puede hacerlo simplemente con una grabadora o una aplicación de grabación de audio de su teléfono. Es posible que su niño(a) necesite unas cuantas "tomas" para conseguir una lectura perfecta. ¡Compartir sus grabaciones de audio con familiares y amigos es una gran motivación!

Actividades de las palabras a la vista

Las palabras a la vista son palabras comunes que los niños tienen que reconocer al instante sin necesidad de pronunciarlas. Muchas de ellas son difíciles de leer, ya que no se escriben como suenan y, por lo tanto, son difíciles de descodificar. Los niños deben memorizarlas desde el preescolar.

Espía de las palabras

Dígale a su niño(a) que las palabras a la vista están "escondidas a plena vista" en todas partes a nuestro alrededor. La "misión" de su niño(a) consiste en descubrir las palabras visuales que hay en el mundo (en el supermercado, en una señal, en una caja de cereales o en el cartel de una película) y anunciar: "¡Ajá, las encontré! Este simple juego puede hacer que su niño(a) se entusiasme con la idea de reconocer palabras, además de darle una inyección de confianza al saber leerlas.

Recursos recomendados